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35 Entonces los soldados comenzaron a atacarlos. 36 Pero los israelitas ni se defendieron ni se escondieron en las cuevas. ¡Ni siquiera les arrojaron una sola piedra! 37 Tan sólo dijeron:

—¡El cielo y la tierra son testigos de que ustedes nos asesinan sin razón! ¡Nosotros moriremos tranquilos!

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